.Coldplay. Fix You (Te confortaré)  

 

«bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios»

 
  

 
 
 
 
 
 
Lectura del libro de Jeremías

Esto dice el Señor:
«Maldito quien confía en el hombre, y busca el apoyo de las criaturas, apartando su corazón del Señor.
»Será como un cardo en la estepa, que nunca recibe la lluvia; habitará en un árido desierto, tierra salobre e inhóspita.
Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que alarga a la corriente sus raíces; no teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde; en año de sequía no se inquieta, ni dejará por eso de dar fruto».

Jer 17,5-8

Salmo Responsorial

R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.  R

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.  R

Sl 1,1-4.6 (R.: 39,5A)

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios
Hermanos:
Si se anuncia que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Pero si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís estando en vuestros pecados; de modo que incluso los que murieron en Cristo han perecido.
Si hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solo en esta vida, somos los más desgraciados de toda la humanidad. Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos y es primicia de los que han muerto.

1Cor 15,12.16-20

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, Jesús bajó del monte con los Doce, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les decía: —«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Bienaventurados vosotros cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas.
Pero, ¡ay de vosotros, los ricos, porque ya tenéis vuestro consuelo! ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados, porque tendréis hambre! ¡Ay de los que ahora reís, porque haréis duelo y lloraréis! ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que vuestros padres hacían con los falsos profetas».

Lc 6,17.20-26

"Feliços els pobres. Ai de vosaltres, els rics"

Tots coneixem les benaurances però ens sonen més les de Mateu que les de Lluc que llegim avui. Bàsicament hi ha dues diferències. Mateu parla de nou benaurances i Lluc només de quatre, però aquest evangelista porta les «malaurances» que no es troben a Mateu: «ai de vosaltres, els rics»... Els matisos són també diferents. Però el més important és el missatge, el mateix en ambdós evangelistes: la felicitat que ofereix Crist és totalment diferent de la del món. Mai no se’ns hauria ocorregut dir que són feliços justament els pobres, els qui ploren, els perseguits, els qui passen fam. No es tracta, tanmateix, de dir que és bona la pobresa o el plor o la persecució, sinó saber que, malgrat aquestes circumstàncies negatives de la vida, aquesta pot ser viscuda en felicitat quan tenim posada tota la nostra confiança i esperança en el Senyor. És a dir, no hem de buscar la felicitat en la riquesa, en les festes, en el menjar i beure, en ser benvistos, sinó que la felicitat plena i total només es troba en Déu. D’aquí el contrast: Ai de vosaltres, els rics, els qui ara aneu tips, els qui ara rieu, ai quan tota la gent parli bé de vosaltres, perquè heu entrat en el camí equivocat, no en el camí de la vida, en el camí del Regne. Ara ja fem experiència d’aquest Regne que inclou justament la preocupació pels més pobres, pels que ploren, pels que sofreixen. En aquest sentit entenem la primera lectura: Maleït l’home que es refia de l’ajut humà, que busca un home per fer-ne el seu braç dret: posa la seva confiança en les realitats humanes. En canvi, beneït l’home que es refia de l’ajut del Senyor i troba en el Senyor la seguretat. És el mateix que diu Jesús amb altres paraules. I Pau ens recorda el punt central de la nostra fe: Crist ha ressuscitat d’entre els morts, el primer d’entre tots els qui han mort. La resurrecció de Crist ens dona la certesa que només en ell es troba la vida autèntica, la felicitat que proclamen les benaurances. Una felicitat ara i aquí i una felicitat plena, un cop ressuscitats.

Mn. Jaume Pedrós

Música Sacra

Con el nombre de Música Sacra agrupamos las obras musicales cristianas que a lo largo de la historia han creado los grandes compositores para destacar la obra de Dios. Nació en Europa en la Alta Edad Media con los ritos cristianos en el ámbito de las iglesias. Los antiguos cantos medievales dieron paso a las Misas y Cantatas del Barroco.

La época dorada de la música religiosa se inicia con los cantos gregorianos, alcanzan la mayoría de edad con Johann Sebastian Bach, continúa con Mozart y finaliza con las Misas de Beethoven. Mas tarde la musica sagrada deja de tener tanta importancia en la vida social y los compositores se acuerdan de ella excepcionalmente.

Glória de Vivaldi

Réquiem de Mozart Passió segons sant Joan. Bach
El Messies de Händel I El Messies de Händel II El Messies de Händel III
La Passió segons sant Mateu I La Passió segons sant Mateu II Messa da Réquiem de Verdi


 

  

 

 
 
 
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